¿Qué puede pasar con los seguros de salud y las prepagadas?

Diariamente son más los clientes que nos preguntan por el futuro del sistema tras la reforma a la salud, ¿qué puede pasar con los seguros de salud y las medicinas prepagadas?
La realidad es que este tema genera zozobra y seguirá haciéndolo. Todos los actores del sector están muy expectantes y en general, los más conocedores son muy pesimistas de los resultados que generaría la reforma para nuestro país.
Hoy todos los planes voluntarios de salud, desde planes complementarios hasta pólizas de salud internacional, están sentados sobre el sistema obligatorio de salud PBS. Todos de forma diferente y en diferentes proporciones se nutren de los recursos del sistema obligatorio. Por tanto, el costo de los planes voluntarios incrementará si el sistema obligatorio deja de ser confiable para hacer recobros o para integrarse a la prestación del servicio.
La reforma planteada es quijotesca, de ser aprobada como está no será viable en el corto, mediano y muy posiblemente tampoco en el largo plazo, pues implica una capacidad ejecutiva que no tiene el gobierno y un periodo de transición muy largo (seguiremos igual mientras el gobierno se organiza y logra tener la infraestructura requerida).
De no ser viable, el gobierno se dará cuenta de su falta de capacidad para lograr lo planteado y por tanto retomará al sistema actual (que opera de forma eficiente, y con un nivel de servicio aceptable, superior al de países pares y comparable con países desarrollados), o peor, en la transición perderá las cosas buenas y funcionales que actualmente tiene el sistema.
¿Quién puede hacer mejor la tarea, el Estado o los privados? De manera independiente, ninguno (la caída del comunismo, la crisis subprime y la Gran Depresión de 1929 son ejemplo de ello). Lo único claro es que el valor social real se genera cuando el Estado y los privados trabajan de manera conjunta, cada uno haciendo lo que mejor hace.
Este documento, ni académico ni técnico, pretende compilar todas las conversaciones que hemos tenido con los diferentes actores del sector, y lo que hemos leído y conversado con quienes entienden de los asuntos políticos y la forma en que opera el Estado.
Exponemos a continuación los escenarios que consideramos posibles y nuestra propia opinión:
Escenario 1. EL MÁS PROBABLE (nuestra visión)
LA REFORMA A LA SALUD NO SERÁ APROBADA.
- El funcionamiento seguirá muy similar con una mayor intervención del Estado y presión a los actores principales.
- Las EPS viables seguirán funcionando y las no viables pasarán sus usuarios a las demás EPS y probablemente a nuevos actores estatales.
- Sería posible una intervención en la atención primaria, pero en las instituciones del sector público.
- En este escenario, tanto aseguradoras como medicinas prepagadas seguirán operando prácticamente igual.
Escenario 2. EL MENOS PROBABLE
DESMONTE TOTAL DE LAS EPS Y CENTRALIZACIÓN POR PARTE DEL ESTADO DE RECURSOS Y EJECUCIÓN.
Siendo el Estado el proveedor, probablemente se presente un aumento en los costos de la operación estatal y de la corrupción en el sector (contratos y nóminas astronómicas), una interinidad que requerirá mayores costos para ser funcional y un acceso desmejorado a la salud por parte de la mayoría de los usuarios.
Los seguros de salud (vinculados al sistema financiero) y las medicinas prepagadas (vinculadas al sistema de salud) aumentarán considerablemente de precio, pues sus costos incrementarán para prestar un servicio como el actual. Su rentabilidad será inferior y no existirán incentivos para invertir en el sector o para atraer al mejor talento, por lo menos mientras se vuelve a tener la participación activa y rentable del sector privado.
Las aseguradoras tendrían mayor capacidad de reacción que las prepagadas, mejores precios y más opciones de planes con rango de acción tanto nacional como internacional, ya que:
- Indemnizan siniestros y no tienen estructuras pesadas en la prestación del servicio.
- Cuentan con la plataforma para cubrir servicios en el exterior y con la experiencia para crear estos planes. En caso de que la salud en Colombia se deteriore y los prestadores se vuelvan ineficientes, aseguradora como Bolívar y Allianz podrían crear nuevos planes que cubran en el país emergencias y consulta externa, y en el exterior cirugías programadas, tratamientos especializados o exámenes de alta complejidad.
- Tienen planes con reembolsos (vamos al prestador como particulares y la aseguradora nos reembolsa). Gracias a la estructura de estos proveedores, les será más económico, sostenible y simple ofrecerlo que a las medicinas prepagadas.
En este escenario donde el sistema de salud y las EPS son públicas, si los seguros de salud y las medicinas prepagadas no pudieran brindar un servicio similar al actual, podrían reinventarse y adoptar unas funciones similares a las de los planes complementarios.
Escenario 3. PROBABLE
UN HÍBRIDO
El cambio no será tan radical, pero los actores privados no se sentirán tranquilos invirtiendo en el sector y su servicio se mantendrá a un nivel aceptable sin mejoras sustanciales por falta de recursos.
La salud por parte del Estado tendrá presencia en lugares económicamente no viables, mejorando el acceso en ciertas zonas para los más necesitados, pero el costo para el Estado aumentará y por tanto requerirán de mayores aportes del régimen contributivo y los demás actores. Al contar con más recursos es probable que los mismos sean objeto de manejos burocráticos y corrupción.
Los seguros de salud y las medicinas prepagadas se reinventarán y subirán un poco de precio, con presencia en los lugares donde vienen prestando un buen servicio, pues les será más complejo trabajar con los planes obligatorios. En términos generales, seguirán operando de forma eficiente, por lo menos en las principales ciudades del país.
CONCLUSIONES.
Si en Colombia le damos el monopolio de lo que ya funciona en el sector salud al Estado, que ha demostrado una ejecución defectuosa en justicia, infraestructura y seguridad los últimos 40 años (no es un tema de ideología política o de partidos, son hechos fácticos), mal haríamos en suponer que la ejecución de los recursos de la salud la hará mejor nuestro gobierno de turno, solo porque lo acompañan entidades expertas con la infraestructura requerida.
Obama en su momento permitió que todo lo que funcionaba creciera de la mano de la política del Estado, respondiendo así a la necesidad de todos los ciudadanos de tener acceso a la salud. Contrario a lo que logró Obama, esta reforma no parte de lo que funciona bien para corregir lo que está mal, sino que parte de la necesidad de aprobación política de una base electoral, recursos y poder.
Según nuestra visión, hoy a la reforma hasta el propio gobierno la ve complicada, y está claro que le será muy difícil conseguir el apoyo requerido sin sacrificar prácticamente el resto de su agenda legislativa. No parece sensato que el gobierno se gaste su capital político en esta reforma, cuando dentro del propio gobierno y sus aliados ya hay muchas fisuras.
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